Ya le ha pedido a dios que si al infierno lo condena, le otorgue por piedad un boligrafo y una libreta para soportar alegremente alegremente esa horrible eternidad escribiendole poemas a satan y versos a cada victima del pecado.
En la espera de su sentencia, se le atraviesa una joven de simpatica belleza, radiante a sus ojos, aunque al pobre la vista ya le empieza a fallar, tiene unos 20 años, y saber eso lo llena de sozobra, arruina su paciente espera y el deseo de terminar satisfecho su existencia, una joven sin pena ni gloria, presta admiracion que a ojos de los mas grandes bohemios y poetas se convierte en fuente de inspiracion, en motivo de no despertar jamas de la aparente fantasia, aunque estos no lo saboreen tanto como el, viejo sabio que esperaba como delicada y suave brisa su hora de partir.
Ahora desea estar con ella sin siquiera conocerla, triste muy triste, por el hecho de saber que a esa linda mujer le quedaba una larga vida por delante y a el, solo esperar su hora de partida.
Por la edad y ambas apariencias, ella parecia su nieta, era un extraño pensar ajeno que el conservaba de acuerdo a la etica y la moral de la sociedad que a pesar de todo el dejo de lado, porque ya la tenia frecuentemente en el pensamiento, es cierto entonces que la falsa moral queda de lado cuando se empieza a querer de tal manera. La condena que el obtendria, ahora lo llenaba aun mas de temor, haciéndole sentir ese viejo miedo que hacia muchos años no dominaba en el, tenia miedo, temor, no por el castigo que le seria otorgado, si no por emprender su partida y no volverla a ver nunca jamas. Algo que no había sentido en su ya larga vida.
Sus manos inmoviles pero su corazon era imparable, cada bombeo de sangre iba directo a sus manos, para dedicar a ella delicados versos, confusas metaforas y vivas frases haciendolo sentir un insoportable dolor en las articulaciones de las manos por cada trazo de aquella inicial suya que hacia , que a pesar de, el recibia con grato placer.
"Radiante, radiante es el amanecer cuando te ocupas
de arruinar el resto de mi existir, digame
que tipo de placer es el que la motiva a tener en la desolacion
a este viejo decrepito que la culpa a usted,
solo por no saber que hacer..."
En su soledad se pone a deshojar las flores que encuentra en el camino, no lo hace por contar la suerte que le toca con ella, lo hace porque para el, es solo un derroche de fuerza que sabe va a tener final, en cada petalo escrita esa inicial que tanto le duele trazar.
La ve pasar al otro extremo de la calle, su vista no le permite distinguirla, pero el sabe que en definitiva es aquella linda joven, caminando para sentarse a esperar a aquel que a vista borrosa observa, esa silueta que se queda solo un momento en frente de ella y enseguida se va, dejandola triste y pensativa sollozando muy silenciosamente, esperando una nueva oportunidad para volver a tener compañía.
Aun ignora cuan magnitud puede tener su felicidad, ella esta comenzando a vivir y el espera a la muerte. Ahora no quiere morir, ni aunque le prometieran el cielo; su cielo esta en la efimera vida terrenal, desesperado por no saber que hacer en tan bello laberinto, perderse es una opcion, pero arriesgar cuesta, pero el que no arriesga no gana ni pierde; sus manos siguen lastimandose con tal de dedicarle a aquella joven mujer las palabras que desahoguen a su vieja alma, regalandole a su cuerpo la mejor de las sensaciones.
"Cada dia que apenas te veo a lo lejos me pierdo, y
cuando logro reaccionar ya solo aprecio blancura,
no logro percibir otro color, no veo ni mi sombra,
todo este poder tiene tu sola presencia sobre los que te admiran
de la manera en que lo hago yo"
"Amor pasajero: siempre fuiste la mejor alternativa,
un camino distinto, el mas corto, el mejor atajo,
gracias a ti conoci los mas dulces placeres de la vida,
sin lastimar alma de dama alguna,
esperando a que se desvanecieran poco a poco
cada uno de esos sentimientos que muchas veces
duran poco tiempo; al igual fuiste cruel conmigo,
cuando quize probar las mieles del amor verdadero, no me lo permitiste;
amor pasajero, tu no dejas gozar lo que pocos conocen
y de nombre le asignaron el amor no austero..."
Cuando vives la vida derrochando vano cariño tambien hay consecuencias, de eso aquel anciano estuvo conciente en todo su largo recorrido por esa efimera cuestion llamada vida. Su actuar y vivir no fue vanidad, no tuvo el privilegio de saborear aquellas mieles del amor, ahora es demasiado tarde, asi dicen los jovenes para excusarse de una larga espera sin saber que la verdadera espera consiste en esperar la muerte.
Su ultima carta...
Es momento de que entienda como la vida a la vez que va dando va arrebatando. No te enteres nunca querida, que este viejo te dedico palabras que no fueron vanas expresiones sin ser pensadas siquiera, o sin ser verdaderamente sentidas por este artilugio que llevo dentro, y que lo llamo ahora, en el fin de mis dias y existencia, corazón. Que latía por ser función elemental suya, pero no por deseos de seguir respirando y bombeando sangre, ahora que verdaderamente quiero saborear el aire a base de grandes latidos y suspiros por ti, me quedo en el no poder, la zozobra que deja la impotencia de haber ignorado y oprimido un sentimiento tan extrañamente agradable, detallando cada rasgo visto en ti, dándote una máxima expresión angelical, a ti, a esa sensación y esperanza de casi tener a lado la verdadera compañía, la compañía que supongo, a cualquiera agradaría, la compañía menos falsa de todas. Es cierto, así me voy, pensando y sosteniendo lo escrito en esta carta, la dejo aquí en esta mundana existencia, sobre la tierra, sobre lo tangible, no quiero llevarla conmigo, a donde me corresponda ir, lo dejo como un simple papel aquí, no lo llevare como certificado de amor para mi salvación. Se queda en la posterioridad de su pensamiento, por muy perturbador que pueda parecerle.
Su ultima carta...
Es momento de que entienda como la vida a la vez que va dando va arrebatando. No te enteres nunca querida, que este viejo te dedico palabras que no fueron vanas expresiones sin ser pensadas siquiera, o sin ser verdaderamente sentidas por este artilugio que llevo dentro, y que lo llamo ahora, en el fin de mis dias y existencia, corazón. Que latía por ser función elemental suya, pero no por deseos de seguir respirando y bombeando sangre, ahora que verdaderamente quiero saborear el aire a base de grandes latidos y suspiros por ti, me quedo en el no poder, la zozobra que deja la impotencia de haber ignorado y oprimido un sentimiento tan extrañamente agradable, detallando cada rasgo visto en ti, dándote una máxima expresión angelical, a ti, a esa sensación y esperanza de casi tener a lado la verdadera compañía, la compañía que supongo, a cualquiera agradaría, la compañía menos falsa de todas. Es cierto, así me voy, pensando y sosteniendo lo escrito en esta carta, la dejo aquí en esta mundana existencia, sobre la tierra, sobre lo tangible, no quiero llevarla conmigo, a donde me corresponda ir, lo dejo como un simple papel aquí, no lo llevare como certificado de amor para mi salvación. Se queda en la posterioridad de su pensamiento, por muy perturbador que pueda parecerle.
Escritor Anonimo